La caja de cambios, también conocida como caja de velocidades o transmisión, es un componente esencial del sistema de transmisión de un vehículo. Su función principal es cambiar la relación de engranajes entre el motor y las ruedas para proporcionar la mejor combinación de velocidad y potencia en función de las condiciones de conducción.

La caja de cambios de un carro puede dañarse por diversas razones, siendo el desgaste y el mal mantenimiento dos de los factores más comunes. El uso prolongado del vehículo puede causar desgaste en los engranajes, rodamientos y otros componentes internos de la caja de cambios, lo que eventualmente puede llevar a la falla.

Además, un mantenimiento deficiente, como no cambiar el aceite de la transmisión según las recomendaciones del fabricante, puede provocar una lubricación inadecuada de los componentes internos, lo que aumenta el desgaste y la probabilidad de daño.

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El desgaste y el mantenimiento inadecuado, y otros factores como el sobrecalentamiento del aceite de la transmisión, el uso excesivo de la caja de cambios en condiciones de carga pesada o conducción deportiva, así como el impacto repentino causado por golpes o choques, también pueden contribuir a la falla de la caja de cambios.

Evaluar las razones por la que se daña la caja de cambios, no solo implica conocimiento sobre la pieza mecánica, su mecanismo interno y mantenimiento, sino además de una revisión consciente de eso hábitos de conducción que podrían contribuir al problema. Pues al saberlos, es más fácil adoptar hábitos que prolongen la vida útil del carro.

¿Qué pasa si meto mal los cambios de velocidades?

Meter mal los cambios de velocidades puede tener diversas consecuencias negativas tanto para la caja de cambios como para otros componentes del vehículo. Por ejemplo, al forzar el cambio de marcha sin sincronizar adecuadamente la velocidad del motor y la velocidad del vehículo, se pueden generar impactos bruscos y desgaste prematuro en los engranajes y sincronizadores de la caja de cambios.

Esto puede resultar en dificultades para cambiar de marcha, ruidos extraños durante la conducción y eventualmente daños en la transmisión que requieran reparaciones costosas. Además, meter mal los cambios repetidamente puede afectar negativamente la eficiencia del combustible y el rendimiento del motor, y en casos extremos, puede causar fallos en el motor o la transmisión si se excede la capacidad de funcionamiento seguro del vehículo.

¿Cómo se daña la caja de cambios del carro?

La caja de cambios del carro puede dañarse por una variedad de razones, siendo el desgaste y el mal mantenimiento dos de las causas más comunes.

El uso continuo del vehículo puede ocasionar desgaste en los engranajes, rodamientos y otros componentes internos de la caja de cambios, especialmente si no se realiza un mantenimiento adecuado. Además, un mantenimiento deficiente, como no cambiar el aceite de la transmisión según las recomendaciones del fabricante, puede resultar en una lubricación inadecuada de los componentes internos, lo que aumenta el desgaste y la probabilidad de daño.

Otros factores que pueden contribuir al daño de la caja de cambios incluyen el sobrecalentamiento del aceite de la transmisión, el uso excesivo de la caja de cambios en condiciones de carga pesada o conducción deportiva, así como impactos repentinos causados por golpes o choques.

En resumen, es fundamental realizar un mantenimiento regular y adecuado de la caja de cambios, así como conducir de manera responsable, para prolongar su vida útil y evitar costosas reparaciones.

Hábitos de condución que dañan la caja de cambio

Ya sea por pereza o simplemente porque desconoces las repercusiones que pueden tener estos comportamientos al volante, hay que reemplazar viejos hábitos por unos nuevos, que sean más amigables con la caja de cambio. Claro, si quieres evitar una visita al taller. 

1.- Ejercer presión con la mano en la palanca 

Quizá te resulte cómodo ir manejando y tener una mano en el timón, mientras la otra permanece sobre la palanca de cambios, ya que resulta fácil hacer el cambio sin tener que estar variando nuestra posición.

Bueno, con este comportamiento estamos ejerciendo una presión innecesaria sobre los mecanismos internos de la caja, acelerando su desgaste y provocando problemas en los rodamientos.

Y aunque el daño ocasionado no sea visible a corto plazo, a la larga podrás notar como empieza a vibrar el carro, haciendo que el engranaje sea impreciso hasta el punto que los cambios de velocidades no entren correctamente o se salgan de su posición.

2.- Pisar mal el clutch

A veces, al meter el cambio se puede oír un fuerte traqueteo. Esto se debe a que se pisa mal el embrague, de manera que el engranaje no se realiza de manera adecuada.

Incluso si ese ruido no llega a ser fuerte, es importante pisar el clutch hasta el final, así estaremos protegiendo los elementos de la caja.

3.- Olvidar el lubricante

Hay que estar atentos a los niveles de aceite de la transmisión, para que los engranajes permanezcan refrigerados y protegidos. El lubricante ayuda a realizar los cambios sin esfuerzo, además evita el calentamiento y la fricción de las partes móviles.

4.- Dejar el cambio con el carro parado

Al dejar alguna marcha puesta, lo que hacemos es desgastar el mecanismo, así que lo mejor es dejarlo en neutro. Además no tiene sentido, si lo que pretendes es ahorrarte algo de tiempo para luego perjudicar tu economía.

5.- Usar el clutch a medias al salir de una cuesta

Muchos conductores cuando van a arrancar en una pendiente, van metiendo el embrague a medida que van acelerando, una maniobra que se llama “punto de fricción”.

Pues resulta que al hacerlo, las piezas sufren mayor rozamiento y por lo tanto un mayor desgaste al aumentar el calor y dañar los componentes.

Lo mejor para salir de una cuesta, es cambiar rápidamente entre el pedal del freno y el del acelerador, o ayudarnos con el freno de mano, pero evitemos la maniobra del clutch.