¿Cómo limpiar el sistema de refrigeración?

Las burbujas de aire y la suciedad en el sistema de refrigeración pueden llegar a reducir la fuerza en la refrigeración en el carro, generando daños.

Entonces te preguntarás ¿cómo limpiar el sistema de refrigeración? Pues bien, un lavado es algo necesario, al igual que la comprobación de estanqueidad del mismo.

Los sistemas de refrigeración normalmente se limpian con aire comprimido o con agua caliente, eso depende del nivel de impurezas.

Algunas de estas impurezas pueden ser óxido que corroe el motor, aceite que sale de una junta de la culata dañada, sustancias como sellantes y aditivos, entre otras.

Para limpiar el sistema de refrigeración también, debes tener en cuenta las recomendaciones del fabricante del carro y los síntomas que presente, es por esto que existen varios métodos para hacerlo.

Por ejemplo, si se hace un lavado múltiple, hay que hacer un desmonte del termostato y calcular la potencia de la calefacción toda vez que se efectúe el lavado.

¿Cómo lavar el sistema de refrigeración? 

Lo primero que se espera que realicen en un taller mecánico a la hora de limpiar el sistema de refrigeración es:

1. Tener el motor totalmente frío.
2. Se purifica el líquido de refrigeración para luego limpiar el tanque de expansión.
3. En este paso se lava el radiador, se retiran las mangueras del mismo y se limpian, se hace el mismo paso, pero con la manguera de refrigeración hasta que el agua salga limpia sin sedimentos.
4. Se lava el intercambiador de calor hasta que el agua salga limpia. En general, cuando se limpia el radiador, el intercambiador y el bloque motor, se expulsan la cal, la corrosión e impurezas.

Como último paso, se conectan las mangueras del termostato y la válvula de purga, un técnico verificará si se realizan todas estas conexiones.

Después se hace el llenado en el sistema de refrigeración con un refrigerante que sea del mismo fabricante.

Una vez ejecutado todo esto, se debe comprobar con un refractómetro el equilibrio de mezcla, para asegurarse de que no haya sufrido ningún daño.

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