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1 diciembre, 2020 - Lectura 3 minutos.
1 diciembre, 2020 - Lectura 3 minutos.
Autolab / Guías
Las bujías son indispensables para el arranque del motor, porque se encargan de generar una chispa que va desde los 12.000 a los 40.000 voltios.
Que sirve para el encendido de la mezcla de aire y combustible dentro de los cilindros. Las bujías pueden ser de dos tipos, las calientes tienen la punta del aislador larga.
Haciendo que la disipación del calor sea más lenta para mantener una temperatura mínima en la cámara de combustión.
El otro tipo son las frías, con la punta del aislador más corta, por lo que el recorrido que necesita el aire caliente es menor y más rápido. Sirven para facilitar el flujo de calor a través del electrodo y su disipación hacia la culata.
Seleccionar el tipo de bujía que se necesita dependerá del grado térmico necesario para transmitir a la culata.
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Por lo general los vehículos con altas prestaciones usan las frías y los de baja potencia montan las calientes.
Fallos
Hay algunos síntomas que nos indican fallos en las bujías, como el aumento de consumo de combustible. Fallos de combustión que producen cascabeleos, errores en los sensores de inyección, inestabilidad al ralentí, pérdidas de potencia o tirones al arrancar.
Aunque con estos síntomas el daño puede estar también en los cilindros, lo primero que debemos hacer es revisar las bujías y esperar que sean éstas las que están fallando, por el bien de nuestro bolsillo.
Para verificar que son las bujías las que fallan, con el vehículo parado podemos acelerar rápidamente el motor unas dos o tres veces seguidas, si sentimos tirones seguramente será culpa de las bujías.
Para evitar averías en el motor los fabricantes recomiendan que se sustituyan las bujías cuando comienzan a presentar problemas.
Aunque en ocasiones será suficiente con limpiarlas correctamente para alargar su vida útil. Eso sí, no conviene que realicemos este procedimiento más de tres veces.
La limpieza debe realizarse siempre con el motor en frío y la batería desconectada para no tener inconvenientes.
Antes de retirarlas, debemos marcar o etiquetar los cables, orificios y bujías para saber dónde ponerlas cuando terminemos con la limpieza. Los pasos que debemos dar para limpiar las bujías son los siguientes:
– Desmontar el cable de bujía o la bobina de encendido con cuidado.
– Aflojar la bujía y limpiar el hueco con aire a presión.
– Quitar la bujía con una llave dinamométrica y ponerla sobre un trapo.
– Limpiar cada bujía con alcohol de 90º o con un limpiador específico o con un limpiador de carburador.
– Limpiar la rosca con un cepillo metálico o un cuchillo afilado para quitar el hollín y la carbonilla, puede hacerse con limpiadores de carburadores o inyectores.
– Comprobar que la distancia entre los electrodos sea de unos 0.6 o 0.7 milímetros para saber si la erosión los ha distanciado impidiendo que la chispa se produzca con intensidad.
– Cuando esté limpia podemos montarla nuevamente. Debe estar completamente seca y con el roscado sin interrupciones, para que no se dañe la culata.
– La atornillamos hasta sentir el tope y fijamos el par de apriete con la llave dinamométrica. No se recomienda que se haga manualmente porque pueden dar problemas por no apretarlas correctamente.
La limpieza de las bujías puede parecer sencillo, pero debemos saber medir muy bien la distancia de los electrodos y cómo calibrarlos en caso de ser necesario.
También es importante saber que tanto si quedan flojas como si se aprietan demasiado podrían causar averías en el motor, así que es recomendable que el procedimiento sea realizado por profesionales.
Nuestra propuesta de valor es ayudarle a nuestros clientes a gestionar eficientemente el mantenimiento de sus vehículos.
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