¿Quién inventó el espejo retrovisor?

Hay piezas en nuestro carro en las que nos fijamos poco, pero que no existían cuando los primeros modelos recorrían las carreteras del mundo.

Son elementos que comenzaron a verse con la evolución de la industria automotriz y uno de ellos es el espejo retrovisor.

Es indiscutible que gracias al espejo retrovisor la conducción es más segura, pues permite que el conductor vea lo que sucede detrás del vehículo a través del vidrio trasero.

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En la actualidad tanto el espejo retrovisor como el lateral del lado del conductor son obligatorios y además no deben ser de aumento, de manera que son convexos.

Además deben estar lo suficientemente cerca como para que puedan manipularse o aumentar el ángulo de visión con un movimiento de cabeza.

Adicionalmente y por condiciones de seguridad, el espejo retrovisor interno está diseñado para soltarse fácilmente en caso de colisión.

Así se minimiza el riesgo de lesiones si un ocupante del vehículo se desplaza hasta golpearse con él.

¿Cómo surgió el espejo retrovisor?

Que sepamos, el primer vehículo fabricado en serie fue el Motorwagen de Mercedes Benz que se empezó a comercializar en 1886, un automóvil de tres ruedas fabricado en madera y que se conducía gracias a una palanca que movía la llanta delantera.

Entre los elementos que este primer vehículo no tenía están la marcha en reversa, el habitáculo cerrado y por supuesto los espejos, para los que habría que esperar unos cuantos años más.

En 1906 Dorothy Levitt escribió un libro titulado «la mujer y el automóvil», donde aseguraba que las mujeres deberían llevar un pequeño espejo de mano en un lugar conveniente, de manera que pudieran levantarlo de vez en cuando para ver hacia atrás mientras manejaban.

Sin embargo se atribuye el invento del espejo retrovisor al piloto Ray Harroun, que usó uno en la primera carrera de las 500 millas de Indianápolis de 1911.

En esa época la norma para las competiciones obligaba a construirlos de dos plazas, una para el conductor y otra para un mecánico que iba mirando y avisándole la posición de los demás automóviles.

El vehículo de Harroun tenía una línea más aerodinámica y estrecha, con un error de cálculo que no permitía la segunda butaca, así que decidió poner un solo asiento y construyó un soporte para poner un espejo y mirar todo lo que pasaba detrás, a pesar de la controversia que generó este cambio, lo dejaron participar y ganó.

Aun así, la patente de este invento no llegó hasta 1921 a nombre de Elmer Berger, quien lo desarrolló con la idea de montarlo en los carros de producción en serie, aunque solo comenzó a incorporarse seis años después en el Modelo T de Ford.

A partir de las décadas de los 30 y 40 fue cuando el espejo retrovisor comenzó a ser un elemento estándar de todos los vehículos comercializados en el mundo.

El futuro del retrovisor

Actualmente los espejos también han evolucionado, muchos modelos vienen con un modelo antideslumbrante automático que se oscurece o aclara para evitar los reflejos de las luces de otros vehículos durante la conducción nocturna.

Los avances han permitido que el espejo retrovisor incluso tengan una brújula reflejada en su superficie o se fusionen con una cámara de visión trasera o de 360º con mapas de rastreo para hacer cada vez más segura la conducción.

Sin embargo la tecnología seguirá avanzando y probablemente llegará un momento en el que desaparezcan los espejos y sean reemplazados por cámaras y monitores que harán desaparecer los puntos muertos.

Ya podemos ver algunos prototipos de Tesla, Volkswagen, BMW o Nissan que tienen propuestas para reemplazarlos.

Por. Adriana Gutiérrez