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12 marzo, 2019 - Lectura 3 minutos.
12 marzo, 2019 - Lectura 3 minutos.
Autolab / Consultas
Podemos pensar que la corrosión del carro solamente será un problema si es demasiado antiguo o lo dejamos a la intemperie.
Pero el óxido no se debe solamente al paso del tiempo.
El acero es uno de los principales materiales usados en la fabricación porque es resistente, maleable y económico.
Pero es un elemento que se oxida. Los roces, los golpes, la humedad y la sal del mar pueden hacer que aparezca.
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El acero se consigue a partir del mineral de hierro, que suele ser generalmente hierro oxidado
A este se le añade un agente reductor y energía para separar el oxígeno y continuar con el procesamiento del metal.
El acero es hierro con un 3% de carbono y cuando entra en contacto con agua y aire, se produce la «catálisis».
Un proceso donde el agua induce al hierro a unirse con el oxígeno y se produce el óxido.
Después de la oxidación viene la corrosión, otro proceso químico que erosiona y carcome las superficies.
Todo este ciclo puede ser más rápido en los carros modernos, porque las láminas de acero de la carrocería son cada vez más delgadas.
En la chapa externa aparece fácilmente en áreas donde se acumula humedad.
También lo vemos donde la carrocería ya perdió su protección por golpes o rayones en la pintura.
El óxido se irá desplazando por debajo de la capa de pintura, creando unas burbujas que nos indican que la corrosión ya se extendió.
El que aparece en la chapa interna es más difícil de observar a simple vista, pues se forma en áreas escondidas.
El problema es que normalmente lo vemos cuando ya comienza a aparecer en el exterior y está bastante avanzada.
El óxido en las partes mecánicas se presenta en zonas como el tubo de escape, donde la humedad lo genera y termina pudriendo las soldaduras.
También afecta áreas como debajo de la batería (por el derrame del líquido), o detrás del motor.
Para que al momento de hacer un mantenimiento, la corrosión no haga que se rompan algunos soportes o tornillos.
La mejor forma de prevenir la corrosión es realizando revisiones a fondo periódicamente.
En especial en aquellos sitios que están ocultos y son propensos al óxido, de manera que si lo encontramos podamos corregir el problema.
Otro consejo es que el carro no permanezca en la calle y que se guarde en un garaje cubierto.
También es beneficioso usarlo con frecuencia para que la humedad se pueda evaporar.
Además para que el agua que pueda tener dentro se vaya secando con el movimiento.
Para prevenir la corrosión debemos lavar el carro con cierta periodicidad, teniendo especial cuidado en limpiar debajo del vehículo.
Un punto importante para tener en cuenta es reparar cualquier pequeño daño que sufra la carrocería.
Ya que no es solo una cuestión de estética, sino que los rayones son la puerta de entrada al óxido.
Nuestra propuesta de valor es ayudarle a nuestros clientes a gestionar eficientemente el mantenimiento de sus vehículos.
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