¿Qué hacer si nos quedamos sin frenos?

Sin duda quedarnos sin frenos es una de las situaciones más peligrosas con las que nos podemos encontrar cuándo vamos conduciendo, especialmente si lo hacemos en una carretera con curvas y circulando a alta velocidad.

Unos frenos en mal estado pueden suponer hasta 10 metros de distancia de frenado cuando circulamos a unos 70 km/h.

Lo que seguramente hará inevitable un choque o un atropello, perderlos del todo supone un riesgo para nuestra vida, la de los ocupantes de nuestro carro y la de cualquiera que se nos ponga en el camino.

Señales

Afortunadamente nuestro carro nos avisará que estamos a punto de quedarnos sin frenos, de manera que podamos solucionar el problema antes de generar una situación crítica, debemos estar atentos cuando:

Frena menos. Las pastillas estarán desgastadas, los discos dañados o el líquido de frenos se está agotando.

Se va de lado. Puede ser por varias razones, primero por unos neumáticos desgastados, con baja presión o desalineados.

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Si ese no es el motivo, entonces pasaremos a las pastillas de freno mal ajustadas, o finalmente una fuga de líquido o una filtración de grasa entre la pastilla y el disco.

Pedal blando. Estamos perdiendo líquido de frenos o le ha entrado aire al circuito de frenado.

Pedal duro. Hay que ejercer mucha fuerza sobre el pedal, esto sucede cuando los frenos se calientan y pierden fricción, o por un problema con el servofreno.

Qué hacer

Lo primero será quitar el pie del acelerador y encender las luces de emergencia para avisar a los demás.

Después pisamos el freno varias veces bombeando para intentar darle presión al sistema de frenos.

Luego debemos ir tratando de frenar con la caja, disminuyendo los cambios de uno en uno para no perder el control.

Podemos ayudarnos presionando ligeramente el freno de mano de manera continua

Porque si lo hacemos bruscamente bloquearemos las llantas traseras y podemos derrapar.

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Si estamos en ciudad y no vamos a alta velocidad, otra opción es poner el carro en neutro y ejercer una presión constante en el freno.

Así dejará de acelerar poco a poco y se desconectarán los engranajes que van del motor a los ejes.

Como último recurso si todo lo anterior falla, tendremos que arriesgarnos a usar los objetos que tenemos alrededor para bajar la velocidad.

Aunque es una maniobra peligrosa que se debe usar solamente en casos extremos.

Lo que no debemos hacer por ningún motivo es apagar el motor, porque la dirección hidráulica deja de funcionar y el volante se endurece y se hace imposible maniobrar.

De manera que nos estrellaremos con lo primero que veamos al frente o nos saldremos en una curva.

Quedarnos sin frenos generalmente se debe a falta de mantenimiento, es necesario que los revisemos al menos cada 10.000 kilómetros y sigamos las instrucciones del manual del propietario para cambiar pastillas y discos.