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1 septiembre, 2024 - Lectura 3 minutos.
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Hoy en día, muchos carros y casi todos los camiones y vehículos utilitarios tienen dirección asistida. Este sistema, también conocido como dirección hidráulica, hace que estacionar y conducir a baja velocidad sea mucho más fácil, lo cual es especialmente útil para vehículos pesados y para conductores que no tienen mucha fuerza. Pero, ¿cómo influye en la conducción?
La dirección asistida es un sistema que facilita el giro de las ruedas de un vehículo, utilizando potencia hidráulica, eléctrica o una combinación de ambas. Este sistema reduce significativamente el esfuerzo necesario para maniobrar el volante, haciendo la conducción más fácil y cómoda.
El funcionamiento de la dirección asistida puede variar, pero en términos generales, este sistema puede simplemente proporcionar un impulso adicional al movimiento del volante o, en algunos casos, hacer todo el trabajo de girar las ruedas en respuesta a los movimientos del conductor. En cualquier caso, la dirección asistida reduce considerablemente el esfuerzo que se requiere para girar el volante.
Aunque los sistemas de dirección asistida pueden variar en diseño, una configuración hidráulica típica incluye los siguientes componentes:
La dirección asistida tiene como propósito principal facilitar el manejo del vehículo, pero idealmente, debería hacerlo sin afectar negativamente la experiencia de conducción. Aquí exploraremos los objetivos clave de la dirección asistida y cómo los fabricantes de vehículos intentan alcanzarlos.
El objetivo principal de la dirección asistida es hacer que girar el volante sea más fácil, especialmente a bajas velocidades y durante maniobras complicadas como estacionar. Sin embargo, es crucial que esta asistencia no comprometa la precisión y la respuesta del manejo del vehículo. Esto significa que la dirección asistida debe ser:
La dirección debe responder rápidamente a los movimientos del volante sin retrasos ni imprecisiones. Esto asegura que el conductor pueda maniobrar el vehículo de manera exacta y segura, independientemente de la velocidad a la que se esté conduciendo.
Aunque la dirección asistida debe ser rápida y precisa, también es importante que no sea demasiado sensible. Una dirección excesivamente sensible puede hacer que el vehículo sea difícil de controlar, especialmente a altas velocidades. La clave es encontrar un equilibrio que permita un control fácil y seguro en todas las condiciones de conducción.
Otro objetivo crucial de la dirección asistida es mantener la sensación de «feedback» o retroalimentación al conductor. Esto significa que, incluso con la asistencia, el conductor debe poder sentir lo que están haciendo las ruedas en todo momento. Este feedback es esencial para la seguridad y el control, ya que permite al conductor percibir el estado de la carretera y las condiciones de manejo.
Todos los fabricantes de vehículos se esfuerzan por alcanzar estos objetivos con sus sistemas de dirección asistida. Gracias a los avances tecnológicos y a un diseño cuidadoso, la mayoría de los sistemas de dirección asistida modernos logran equilibrar la facilidad de manejo con la precisión y el control necesarios.
Tanto los sistemas hidráulicos como los eléctricos han evolucionado para proporcionar la asistencia necesaria sin sacrificar el rendimiento del manejo. Los sistemas eléctricos, en particular, han permitido un mayor control y ajuste de la asistencia, adaptándose mejor a diferentes condiciones de manejo y preferencias del conductor.
Cuando los sistemas de dirección asistida funcionan correctamente, generalmente no tienen un gran impacto negativo en el manejo del vehículo. Los conductores pueden disfrutar de una dirección facilitada sin perder la precisión y el control necesarios para una conducción segura y eficiente.
Aunque la dirección asistida mejora significativamente la facilidad de manejo, siempre hay algún efecto en la experiencia de conducción. Es muy difícil diseñar un sistema de dirección asistida que permita maniobrar fácilmente a baja velocidad y al mismo tiempo proporcione una buena respuesta al conductor, a menudo denominada «»sensación de la carretera»».
Ningún sistema de dirección asistida diseñado hasta ahora puede brindar la sensación de la carretera de un sistema manual bien diseñado en un automóvil deportivo como un Lotus Elise. Existen compensaciones, y los sistemas de dirección asistida de algunos vehículos enfatizan la sensación de la carretera, como en un Porsche Boxster, mientras que otros favorecen la facilidad de conducción, como en la mayoría de los sedanes. En los automóviles de alto rendimiento, la dirección puede sentirse ligeramente pesada a veces (aunque no tanto como en los automóviles con dirección manual), mientras que en los automóviles de lujo, o especialmente en los vehículos utilitarios grandes como un Chevy Suburban, la dirección puede sentirse muy liviana, incluso al estacionar.
Un fenómeno relacionado es el «»punto muerto»» cuando las ruedas están centradas; es decir, un ligero giro del volante puede no producir un cambio inmediato en la dirección del carro. Este punto muerto varía de un vehículo a otro. Los carros de alto rendimiento suelen tener una respuesta más precisa y, por tanto, menos puntos muertos, lo que puede hacer que sean algo nerviosos a alta velocidad. Por otro lado, los modelos de lujo pueden tener una respuesta un poco más lenta para ofrecer una conducción más estable y relajada.
El mayor efecto que la dirección asistida tiene sobre el manejo es lo que sucede si el sistema falla. La falla de la dirección asistida es muy poco frecuente, pero es importante saber qué esperar si ocurre. Las razones más comunes de falla de la dirección asistida son:
Si falla la dirección asistida, puede resultar muy difícil conducir el vehículo. Un sistema de dirección diseñado para funcionar con asistencia no está diseñado para funcionar sin esa potencia y, debido a las relaciones de la dirección y otras consideraciones geométricas, puede ser sorprendentemente difícil girar el volante.
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