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2 septiembre, 2024 - Lectura 3 minutos.
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Autolab / Básicos
Es esa única bomba al borde de la estación. Parece que nadie la usa nunca. La isla solitaria permanece vacía hasta que se oye el ruido de un camión. Un camión de reparto entra ruidosamente en el estacionamiento de la estación y se detiene junto a la bomba. Lo que no se nota es el eficiente carro compacto que se acerca sigilosamente al otro lado de la bomba. El diésel ya no es solo para camiones.
Los motores diésel se han utilizado históricamente en la industria del transporte. Producen enormes cantidades de torque para su tamaño y son fiables bajo cargas pesadas. Pero la misma tecnología que es tan importante en los camiones de transporte se ha adaptado a camionetas y carros compactos con excelentes resultados, y su popularidad está creciendo.
El combustible diésel es un tipo de combustible utilizado en motores que funcionan mediante el proceso de ignición por compresión, a diferencia de los motores a gasolina que utilizan la ignición por chispa. A continuación, exploraremos en detalle qué es el combustible diésel, cómo se produce y las alternativas disponibles.
En los motores diésel, el aire se comprime a una presión y temperatura muy altas dentro del cilindro. Cuando el combustible diésel se inyecta en este aire comprimido, se enciende espontáneamente debido al calor generado por la compresión. Este proceso se denomina ignición por compresión y es fundamental para el funcionamiento de los motores diésel.
El combustible diésel se deriva del petróleo crudo, similar a la gasolina, pero pasa por un proceso de refinamiento diferente. Mientras que la gasolina es más ligera y se obtiene de las fracciones más volátiles del petróleo, el diésel es más pesado y denso, lo que le da propiedades más parecidas al petróleo crudo.
Una de las características más destacadas del combustible diésel es su estabilidad. Es fácil de almacenar y manejar, y no se evapora tan rápidamente como la gasolina. Además, su mayor densidad energética significa que los motores diésel pueden ser más eficientes en términos de consumo de combustible, proporcionando más kilómetros por litro.
Con el fin de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir el impacto ambiental, se han desarrollado alternativas como el biodiésel. El biodiésel se puede fabricar a partir de aceites vegetales, grasas animales y aceites usados. Este tipo de combustible puede ser utilizado en motores diésel tradicionales con pocas o ninguna modificación.
El proceso para crear biodiésel involucra la transesterificación, donde el aceite vegetal o la grasa animal se convierte en ésteres metílicos (biodiésel) y glicerina. Este proceso puede realizarse a nivel industrial o incluso en casa, con kits disponibles que permiten la producción casera de biodiésel. Esto hace del biodiésel una opción viable y sostenible para muchos usuarios.
Imagina que tienes un vehículo con motor diésel y decides explorar el uso de biodiésel. Puedes adquirir aceite vegetal usado de restaurantes locales y, con un kit casero, convertirlo en biodiésel. Este combustible alternativo no solo es más ecológico, sino que también reduce tu dependencia del petróleo y puede resultar más económico.
Un motor diésel es significativamente diferente de un motor de gasolina en cuanto a su funcionamiento y proceso de ignición. A pesar de que ambos motores se basan en el mismo principio básico de crear una explosión dentro del cilindro para impulsar el pistón y generar una carrera de potencia y asi no perder la potencia en el motor, los detalles del proceso son notablemente distintos.
Motores de gasolina: La mezcla de aire y combustible se comprime en el cilindro y se enciende mediante una chispa generada por una bujía. La relación de compresión en estos motores suele estar entre 8:1 y 10:1, lo que significa que el volumen de la mezcla de aire y combustible se reduce a un octavo o un décimo de su volumen original.
Motores diésel: En lugar de usar bujías, los motores diésel dependen únicamente de la compresión para encender el combustible. La relación de compresión en los motores diésel es mucho mayor, normalmente entre 14:1 y 22:1. Esta alta compresión calienta el aire dentro del cilindro a temperaturas muy altas, lo que hace que el combustible diésel se encienda espontáneamente cuando se inyecta.
La alta compresión en un motor diésel es crucial por varias razones:
Generación de calor: La compresión extrema calienta el aire en el cilindro a temperaturas muy altas, generalmente superiores a los 500°C. Esta temperatura es suficiente para encender el combustible diésel cuando se inyecta en el cilindro.
Eficiencia energética: La mayor relación de compresión en los motores diésel permite una combustión más completa del combustible, lo que se traduce en una mayor eficiencia energética y una mayor producción de potencia por unidad de combustible en comparación con los motores de gasolina.
Ausencia de bujías: Dado que la ignición se produce debido a la alta presión y temperatura, los motores diésel no necesitan bujías. Esto simplifica el diseño del motor y reduce los puntos potenciales de falla.
Aspiración: El pistón se mueve hacia abajo, permitiendo que el aire entre en el cilindro.
Compresión: El pistón se mueve hacia arriba, comprimiendo el aire dentro del cilindro. La alta compresión genera una temperatura muy alta.
Inyección de combustible: Justo antes de que el pistón alcance el punto muerto superior (PMS), el combustible diésel se inyecta en el cilindro. La alta temperatura del aire comprimido hace que el combustible se encienda espontáneamente.
Expansión: La combustión del combustible genera una explosión que impulsa el pistón hacia abajo, creando la carrera de potencia.
Escape: El pistón se mueve hacia arriba nuevamente, expulsando los gases de escape fuera del cilindro.
La inyección de combustible en motores diésel es un proceso fundamental que asegura la eficiencia y el correcto funcionamiento del motor. A continuación, se explica cómo se realiza este proceso y por qué es diferente al de los motores a gasolina.
El combustible diésel es más espeso y aceitoso en comparación con la gasolina. Esta consistencia hace que sea más difícil de atomizar y rociar en el cilindro, lo cual es crucial para la combustión eficiente. Atomizar significa dividir el combustible en pequeñas partículas, lo que permite una mezcla más uniforme con el aire y una combustión más completa.
En los motores diésel, el combustible se inyecta en el punto más alto de compresión. Esto se debe a que los motores diésel funcionan mediante ignición por compresión, donde el aire dentro del cilindro se comprime a una alta presión y temperatura antes de que se inyecte el combustible. La alta presión del aire comprimido provoca que el combustible se encienda espontáneamente al entrar en contacto con él.
Para inyectar el combustible de manera eficiente en estas condiciones, se requiere un sistema de inyección capaz de generar una presión extremadamente alta. Este sistema generalmente consta de dos bombas:
Bomba de suministro: Esta bomba transporta el combustible desde el tanque hasta el compartimiento del motor. Su función principal es asegurar que haya un flujo constante de combustible hacia el sistema de inyección.
Bomba de inyección de alta presión: Una vez que el combustible llega al motor, la bomba de inyección de alta presión aumenta la presión del combustible a niveles muy altos. Esto es necesario para superar la alta presión del aire comprimido dentro del cilindro y asegurar que el combustible se atomice correctamente cuando se inyecte.
Bomba de suministro: Esta bomba toma el combustible del tanque y lo envía al motor a través de líneas de combustible. Asegura que el sistema de inyección siempre tenga suficiente combustible disponible para su funcionamiento.
Bomba de inyección de alta presión: Esta bomba toma el combustible suministrado y lo comprime a una presión extremadamente alta, que puede alcanzar miles de psi (libras por pulgada cuadrada). La alta presión es crucial para que el combustible pueda ser inyectado finamente atomizado en el cilindro en el momento preciso de la compresión máxima.
La tecnología diésel ha avanzado significativamente en los últimos años, mejorando tanto el rendimiento como la experiencia del usuario. A continuación, se detallan algunos de los beneficios clave de las tecnologías diésel modernas, como los sistemas de inyección common rail (CRD) y los filtros de partículas diésel (DPF).
Los sistemas de inyección common rail representan un avance significativo en la tecnología de motores diésel. Estos sistemas ofrecen varias ventajas:
Funcionamiento más silencioso: El sistema CRD utiliza una alta presión para inyectar el combustible en los cilindros de manera más precisa y controlada. Esto resulta en una combustión más suave y silenciosa, reduciendo el ruido asociado tradicionalmente con los motores diésel.
Mayor eficiencia de combustible: La inyección precisa y controlada del combustible permite una combustión más completa y eficiente. Esto se traduce en un mejor rendimiento del combustible, lo que significa que los vehículos pueden recorrer más kilómetros por litro, ahorrando dinero en combustible a largo plazo.
Menor emisión de contaminantes: La tecnología CRD permite una mejor atomización del combustible, lo que reduce la formación de partículas y óxidos de nitrógeno (NOx). Esto contribuye a una combustión más limpia y a una menor emisión de gases contaminantes, ayudando a cumplir con las estrictas normativas ambientales.
Los filtros de partículas diésel son otro componente crucial en la mejora de los motores diésel modernos. Sus beneficios incluyen:
Reducción de emisiones de partículas: Los DPF capturan y retienen las partículas de hollín producidas durante la combustión. Esto reduce significativamente la cantidad de partículas que se emiten a la atmósfera, mejorando la calidad del aire y reduciendo el impacto ambiental de los motores diésel.
Mantenimiento automático: Los DPF modernos están diseñados para regenerarse automáticamente. Durante la regeneración, las partículas atrapadas se queman a altas temperaturas, limpiando el filtro y asegurando su funcionamiento eficiente. Esto minimiza la necesidad de mantenimiento manual y prolonga la vida útil del filtro.
Las mejoras en la tecnología de combustión y la inclusión de sistemas avanzados de inyección y filtrado han eliminado gran parte del olor desagradable y del ruido que solían caracterizar a los motores diésel. Esto se debe a:
Combustión más completa: La inyección precisa y la mejor atomización del combustible permiten una combustión más completa, reduciendo la formación de olores desagradables asociados con la combustión incompleta.
Aislamiento acústico: Los motores diésel modernos están diseñados con materiales y tecnologías que absorben y reducen el ruido. Además, la combustión más suave y controlada contribuye a un funcionamiento más silencioso.
Gracias a estos avances tecnológicos, los motores diésel han vuelto a ganar popularidad, especialmente en vehículos comerciales y de larga distancia, debido a:
Ahorro de combustible: Los motores diésel modernos ofrecen una mayor eficiencia de combustible, lo que resulta en menores costos operativos para los conductores.
Menor impacto ambiental: Con la reducción de emisiones y la mejora en la eficiencia, los motores diésel modernos son más respetuosos con el medio ambiente, ayudando a cumplir con las normativas de emisiones más estrictas.
Tener un vehículo con motor diésel puede traer consigo una serie de problemas comunes. Estos problemas son importantes de conocer para estar preparados y evitar contratiempos en la carretera.
Uno de los problemas más frecuentes con los motores diésel ocurre en climas fríos. Cuando la temperatura baja a niveles cercanos o inferiores a cero grados Celsius, el combustible diésel tiende a solidificarse o “gelarse”. Esto sucede porque el diésel contiene parafina, que a bajas temperaturas se cristaliza, formando una especie de gel. Este gel puede obstruir los filtros y las líneas de combustible, impidiendo que el motor reciba el suministro adecuado de diésel. Como resultado, el vehículo puede tener dificultades para arrancar o incluso puede no arrancar en absoluto.
Para prevenir este problema, se recomienda el uso de acondicionadores de combustible diésel, también conocidos como aditivos antigel. Estos productos están diseñados para bajar el punto de gelificación del diésel, evitando que se solidifique a temperaturas bajas. Es una solución efectiva y sencilla que puede ahorrarte muchos dolores de cabeza durante el invierno. Sin embargo, es importante recordar que, aunque el uso de acondicionadores es una buena práctica, el problema sigue siendo molesto y requiere cierta atención adicional durante las épocas frías del año.
Otro problema que pueden enfrentar los propietarios de vehículos con motor diésel es la disponibilidad del combustible. A diferencia de los motores de gasolina, los motores diésel no han sido tan populares entre los vehículos de pasajeros, lo que significa que no todas las estaciones de servicio están equipadas para suministrar diésel. Esto puede ser un verdadero desafío, especialmente cuando se realiza un viaje por carretera y se necesita planificar las paradas para repostar.
Para evitar quedarte sin combustible en medio del viaje, es esencial conocer las estaciones de servicio que ofrecen diésel en tu ruta. Investiga con anticipación y toma nota de las ubicaciones de estas estaciones, así como de sus horarios de funcionamiento. Planificar tus paradas para repostar puede ser la diferencia entre un viaje tranquilo y uno lleno de inconvenientes. Además, algunas aplicaciones móviles pueden ayudarte a encontrar estaciones de servicio con diésel, facilitando aún más esta tarea.
Aunque los motores diésel modernos han avanzado significativamente en términos de eficiencia y reducción de emisiones, aún pueden presentar problemas que requieren atención. Aquí se detallan algunos de los problemas más comunes y cómo pueden afectar el funcionamiento de los motores diésel.
El agua en el combustible diésel es uno de los problemas más frecuentes y problemáticos. El agua no se quema bien y puede causar varios problemas:
Los motores diésel pueden ser costosos de reparar por varias razones:
La junta de culata es un componente crítico en cualquier motor, y en los motores diésel, es especialmente susceptible a fallas prematuras debido a la alta compresión:
El mantenimiento regular es clave para evitar problemas graves y costosos en los motores diésel. Las empresas de servicio de automóviles, como Autolab, ofrecen mantenimiento y diagnóstico de problemas, lo que puede ayudar a identificar y resolver problemas antes de que se conviertan en reparaciones costosas.
Mantener el sistema de inyección de combustible en óptimas condiciones es crucial para el rendimiento y la eficiencia de tu vehículo. Si notas que tu carro consume más combustible de lo habitual, tiene problemas para arrancar o presenta una baja en el rendimiento, podría ser momento de revisar el sistema de inyección de combustible.
En Autolab.com.co, contamos con profesionales capacitados y tecnología avanzada para diagnosticar y reparar cualquier problema en tu sistema de inyección de combustible. Agenda una cita hoy mismo y asegura el buen funcionamiento de tu vehículo. ¡Tu carro y tu bolsillo te lo agradecerán!
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